Lo
que diferencia las artes escénicas de otras artes es la presencia: uno o varios
cuerpos humanos que frente a, o junto a, otros cuerpos humanos, realizan una
acción, sea esta cual sea. Por este motivo, la relación sin la cual no hay
hecho teatral, es la del actor/la actriz, con el público.
En
el teatro siempre hay un relato. Una historia qué contar.
En
la narración oral de historias se trabaja exactamente con eso: la relación de
quien narra con el público y con el relato.
La
relación con el público: sin cuarta pared, quien está sobre el escenario hace
de sí mismo y de todos los personajes que la obra requiere. Apela a un público
interlocutor que, sin ver apenas transformaciones físicas, es capaz de ver y
sentir todo lo que el o la intérprete pone ante él. La relación con el público
se teje desde el relato como dispositivo que pone en acción, que pide con
urgencia ser contado. ¿Desde qué tipo de relación? ¿De colaboración, poder,
juego, enseñanza, lucha?
El
relato: puede ser material literario, teatral, de creación propia o ajena,
documental… Lo que se cuenta es lo que da sentido a la presencia de alguien en
el escenario y de alguien en el patio de butacas. Quien está sobre el escenario
está ahí porque tiene algo que contar.
El
escenario puede ser el de una sala de teatro convencional o no, el público
puede estar dispuesto a la italiana o de otra manera. Los cambios en la
disposición del espacio producirán puntos de partida emocionales diferentes
para la recepción del relato.
¿Arte
del bululú? ¿Del juglar? ¿Del cuentacuentos? ¿Teatro brechtiano? ¿Verbatim?
¿Cabaret? ¿Lo que hacen Darío Fo, el Brujo, Tim Crouch, Quico Cadaval? ¿Un
teatro que huye de la tentación de representar? ¿Teatro mínimo, discreto o
clandestino?
El actor como contador de
historias
pone en juego estas preguntas, trabaja en torno a la relación de quien está
sobre el escenario con quien asiste a ver el hecho teatral, suceda este donde
suceda. Y explora diferentes formas de contar, diferentes lugares de narración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario